Mi familia por parte de mi madre
La familia de mi madre era toda de Almería. Había una parte
de la dinastía, que vivía aquí en Madrid. La tia Angelina y el tio Manuel
Tamayo tenían su hogar en el Poblado Dirigido de Orcasitas. Manuel Tamayo había sido
un Oficial del Ejército de la República, y al finalizar la Guerra, tuvo que
comenzar una nueva vida construyéndose su propia vivienda en el Poblado de
Orcasitas. Yo recuerdo aquella casa; era una casa baja, con un patio donde
había una parra.
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Tia Angelina, Tio Manuel Tamayo, mi hermano Julian, mi hermana Maria del Mar y yo en brazos.. |
En mi niñez ya no vivían allí ni Manolo, que ya se había casado con Berna, y vivían en La Coma ni Angel, que se había casado ya con Maribel, y vivían en Zarzaquemada (Leganés). Solo vivía Lola, con sus padres. Lola es una persona con una minusvalía, muy cariñosa, aun recuerdo esos besos que daba a diestro y siniestro y que te dejaba la cara empañada… Hoy Lola aún vive, sus padres fallecieron ya hace años.
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Mis padres con la tita Lola, el tito Cecilio, la tia Angelina y el tito Manuel Tamayo |
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Las familias Tamayo y Capel, con la tita Lola y el tito Cecilio, y mis padres |
Mis padres salían mucho con todos ellos; tenían una relación excelente. Atrás quedaron aquellas cenas en las que de cuando en cuando se divertían, por ejemplo, en alguna sala de fiestas como Floria Park, cerca del retiro. Se divirtieron muchísimo; a ellos les ocurría con sus primos lo mismo que a mí con mis primos de Almería, que no había diferencia de edad cuando uno se siente tan sumamente agusto...
Y luego estaba la familia de mi madre en Almería. Mi madre tenía cinco hermanos; Manuel, Pepe, Encarna, Lola e Inocencio; y otros tantos cuñados. Manuel había enviudado (yo no conocí a mi tia Josefina) y se había vuelto casar con Maria, luego estaba mi tia Isabel, el tio Pepe Andújar, el tito Cecilio y la tita Rosalía. Y unos cuantos primos hermanos: Pepito (ya fallecido), Angel, Paco, Sagrario y Antonio Jesús, Cachita, Mari Carmen y Manolín; Pepe Luis y Juan Jesús, Lolita, Cecilio y Mari Angeles, y Jose Manuel (también fallecido, a él dedicaré una entrada de forma exclusiva) y Rosalía.
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Los seis hermanos Hidalgo del Aguila, junto a su madre |
Mi tio Pepe y mi tia Isabel vivían en un Cortijo, en Los Llanos de El Alquian. La verdad es que no fuimos mucho alli, solo una vez, mis padres cuando viajaban a Almería iban siempre con el tiempo muy justo, y su Cuartel General era la casa de mi tia Lola, en El Alquián. Allí se instalaban y de allí se movían para ver a toda la familia.
Mi tio Manolo y María vivían en la misma Carretera de Níjar, en una casa propiedad de la familia Hidalgo, que se situaba en la cera opuesta la Panadería. Recuerdo aquella escalera, en cuyo recibidor existía una puerta que comunicaba directamente con la Peluquería. Aquellas mujeres “alquianeras” bajo los secadores, los rulos, la sobrina de mi tia María ayudando en la Peluqueria. Mi tia María era una mujer muy guapa, y mi tio Manolo presumía de ello.
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Sonrisas de mis tios y de mi madre en una velada que debió ser maravillosa |
En aquella Peluquería compartí algunos momentos con el familiar más célebre y prestigioso, el tito Manolo del Aguila, hermano de mi abuela e insigne persona en la cultura almeriense y andaluza. Autor de diversos libros y persona influyente, admirado en la familia en su entorno. Vivía en Costacabana, en alguna ocasión visité con mi primo Jose Manuel aquel chalet, aunque he de reconocer que no tuve una relación estrecha con él; nos vimos en contadas ocasiones. Siempre me preguntaba por mis padres, por mis hermanos, y siempre me aseguraba“La próxima vez que vaya a Madrid, te prometo que iré a veros…” Y siempre quedó pendiente esa próxima vez…
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Comida en casa del tito Manolo y María. A la derecha se me ve parcialmente. Nos acompañaban mis tios Agustin y Antoñita |
La tita Encarna y el tito Pepe
vivían en la Colonia Los Angeles, al final de la Rambla, casi casi ya a la
salida de Almería. Recuerdo una Rambla completamente distinta a la actual, con
los coches aparcados de forma casi peremne, y aquellas pistas de autoescuela
perfectamente adecuadas y utilizando el espacio de forma matemática. También
recuerdo la basura que había en los aledaños de la Rambla, y el cartel en la
parte superior de los pisos: Colonia Belén, que daba nombre al barrio. Recuerdo
un cine, en una de las calles que bajaban hacia la calle Granada. Y la cochera
donde el tito Pepe Andújar guardaba el coche. Y los coches, aquel Citroen 2CV
rojo.
Foto tomada muchos años después, pero en casa de mi Tia Encarna...a la que siempre llevaré conmigo. |
En la casa de la tita Encarna, donde vivió hasta hace muy escasos años,
había que subir también escaleras hasta el 3º piso. Entrabas, y la cocina a la
derecha, el pasillo hacia el comedor al final de éste, la habitación de
matrimonio que salía a mano derecha, otro saloncillo donde había dos butacas y
la tv, y la habitación de las dos camillas donde yo pasaría, años más tarde, uno
de los mejores veranos de mi vida. Eso sí, el calor en casa de la tita Encarna
era infernal. Y ella, que le gustaba la comida caliente, no… ¡hirviendo! Y yo
que a la mínima, con la comida a esa temperatura me ocurría y ocurre como con el
picante, que no hay toalla suficiente para mí… madre mía las que pasaría, en
aquellas siestas de agosto, sin más aire que el que conseguía impulsar con el
abanico que me prestaba, hasta que llegaba la hora de irme… Pero eso forma
parte de otra historia, la del verano del 84, para la que aún quedarían años…
Mi tia Lola y mi tio Cecilio vivían en una casa baja, en la Carretera de Viator, en El Alquián. Era una casa más una panadería; casi no sabías dónde empezaba una cosa y donde terminaba la otra. Para entrar, recuerdo que excepto los domingos por la tarde, siempre entrabamos por la puerta del despacho de pan. Ese olor característico…mmmmm….aún puedo recordar ese olor a pan recién hecho, y a harina. En el despacho estaba generalmente mi tia, ayudada a veces por mi prima Lolita, a veces por mi prima Mari Angeles, y en una etapa determinada quien regentó la venta del pan eran Cecilio y su mujer Ana. Luego se separarían coincidiendo con el final de una época, la de la panadería, que había durado muchos muchos lustros…
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Navidades en casa de mi tia Lola. De pie, Jose Manuel y Cecilio. Y mi hermana al lado de Juan, con sus inseparables... |
En la panadería, a parte de mi
tío Cecilio, mi tía Lola y Mari Angeles (Lolita ya se había casado con Juan y
se habían ido a vivir a Almería) a quien veía, de los primeros, era a mi tío
Manolo. Le recuerdo, con una barra especial de madera, en la puerta del horno,
sacando el pan ya dorado y metiendo hogazas de pan.. Y también me acuerdo de Pepito, hijo de mi
tío Pepe, y que falleció hace unos años.
Salias del horno, y entrabas
prácticamente al Salón principal. Este tenía comunicación con la cocina, donde
solía estar mi abuela sentada…. Me acuerdo que íba a verla y me la comía a
besos. Es curioso, se me quedó grabado el recuerdo de sus manos asiendo las
mías y un calorcito que me daban…. Fui la única abuela a la que conocí…
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Rosalía, Jose Manuel, mi hermana, Lolita, Mari Angeles, el tito Pepe, la tit Lola, el tito Inocencio, el tito Cecilio, la tit Rosalía, Ana y su hijo mayor, Cecilio |
Luego, subías la escalera y
llegabas al primer piso. Allí estaba la habitación de Cecilio, que como se
había casado era donde se alojaban mis padres, la de la abuela, y la de mi
prima Mari Angeles. En aquella época, como es lógico, mis primas y mi hermana
eran uña y carne. Lo mismo que yo con Jose Manuel. Y luego estaba la salida al
patio, donde tenían un perro blanco que por las noches no me dejaba dormir…
En la parte de abajo, pegado a la
puerta de entrada a la vivienda, había una habitación pequeñita. Tenía una cama
mueble donde yo dormí en alguna ocasión. Y digo dormir porque de la habitación
a la carretera de Níjar, habría aproximadamente unos 10 metros. En aquellos
años, que no existía ni las actuales Autovía ni Autopista, todo el tráfico de
Almería, incluso de Andalucía, hacia Murcia, pasaba por la puerta de la
panadería… Imaginaos cientos de camiones pasando continuamente durante toda la
noche. El ruido era ensordecedor, yo no quería nunca dormir allí aunque mis
padres, sobre todo cuando era más pequeño y especialmente la última noche cuando
debíamos volver a Madrid, me obligaban a pernoctar en la panadería.
La otra casa del tito Cecilio y la tita Lola
Cuando mi primo Cecilio y Ana se casaron, mis tíos compraron una casa que se encontraba también en El Alquián. Bueno, más que una casa, era un chalet. Y además, gozaba de las últimas comodidades que incluso yo no había visto nunca en Madrid. “Tenía hilo musical”, por ejemplo. Su comedor era especialmente bonito; formaba un círculo con amplios ventanales que daban una vista del alrededor de 360 º; era la casa que, con cierta envidia, lo reconozco, yo hubiese querido que mis padres se comprasen en Almería para poder disfrutar, y, de paso, fardar. Pero me tuve que limitar a disfrutar los pocos años que la tuvieron; durante una breve época, Cecilio y Ana vivieron allí; luego cambiaron la casa por la vivienda de la panadería y finalmente marcharon a Almería, y la casa se vendió.
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La tita Lola en el Chalet de El Alquian y la tita Mari al fondo |
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El tito Cecilio, el tito Manolo, mi padre y Cecilio, preparando unas migas |
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Mi padre y mi hermana arreglándose para la boda de Cecilio |
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Mi madre, en la previa a la Boda de Cecilio |
En aquellos años se casó mi primo
Cecilio. Mis recuerdos de la boda son difusos, aunque sí se me quedó grabado
que aquella noche, para poner el broche final a tan magnífico día, se fueron
todos a la Discoteca Galaxia y yo, por mi edad, no me dejaron. Por más que
insistí, lloré, pataleé…no lo conseguí…y tuve que ver como mi hermana, que solo
me llevaba 16 meses, sí le dejaban ir, lo mismo que a mi prima Angelita… Qué
disgusto me llevé…
Galaxia era una discoteca que en
aquellos tiempos, no había similar en muchos kilómetros, en muchas provincias,
a ella. Venían autocares cargados de gente incluso de Malaga a la discoteca, de
Murcia. Sus juegos de luces vanguardistas, su espectacular puesta en escena y
un sonido muy vanguardista, mantuvieron la Discoteca en los más altos lugares
en la noche no solo almeriense, sino andaluza. En la discoteca se grabaron
algunos programas musicales, como Aplauso, y todas las noches, los fines de
semana, una gran cantidad de personas llegaba y se marchaba a altas horas de la
madrugada o incluso cuando el sol ya se había levantado. Lástima que a los pocos
años, turbulencias en forma de asuntos sucios abrazaron a Galaxia con tanta
fuerza que provocaron su propio incendio. A los años, la investigación de los
hechos, dejó muchos cabos sin resolver…y el nombre de la familia Asensio envuelto
de sospecha…
Otro día os hablaré
sobre el Cortijo, la morada de mi tio Inocencio y mi tia Rosalía…ese rincón de
mi pasado, de dónde manan esos recuerdos que hacen cristalecer mis retinas y me
llevan a aquellos días, aquellas tardes y aquellas noches repletos de
felicidad. Porque nunca se fué, porque siempre vivió y vive con nosotros y porque nadie se va si no dejamos de recordarlo...
La familia de Almeria, una gran familia a la que adopté como mia y quiero tner la ilusión que ellos también de alguna forma me adoptaron como una parte. Siempre han sido cercanos para mi, y han estado a mi lado en momentos difíciles, que es cuando mas se aprecia el sentimiento.La abuela Carmen, también me la adopte, yo se peude decir que no gozé de abuelos, solo de una tía abuela que ejercia de abuela con todo el amor y el cariño posilbe; pero la abuela Carmen era tan dulce y tan tierna que por un besico de los suyos se podia dar oro. Recuerdo a todos tus tío y a casi todos tus primos. Yo he tenido amistad con algunos de ellos, y aunque hayan pasado los años, las pocas veces que nos vemos es un encuentro estupendo y es una pena no poder verse algo mas y recordar todo lo que pudimos vivir en esa época de juventud, que fue muy divertida.
ResponderEliminarY recuerdo la boda de Cecilio com algo especial, en primer lugar porque fuí yo sola (quiero decir que mis padres no fueron y mi hermano tampoco) y te aseguro que fue emocionante, todos los preparativos y esa noche en el chalé contando chistes y cantando con Inocencio, tu tio Cecelio .... y rematando tu padre y tu tio Manolo, no lo he olvidado y creo que no lo olvidare nunca creo que no me he reido tanto y disfrutado tanto de una familia como aquella noche.
No era una ilusión, es que formabas parte de esa familia, la de Almería, como cualquiera de nosotros. Mira la de veces que sales en las fotografías, al final éstas solo son un reflejo de lo que ocurría en ese momento y allí estabas tú... También yo recuerdo los preparativos de la boda de Cecilio, aunque he de decir que se me quedó grabado eso de que os fueseis todos a Galaxia y yo me quedé en casa, pataleando, aunque esta vez no sirvió de nada...
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